Capítulo 2 Cambios en la cohesión social en Chile 2016-2020

Este capítulo tiene como finalidad analizar la evolución de la opinión de las personas entre 2016 y 2020 respecto de las distintas dimensiones de la cohesión social presentadas en el capítulo 1. A través de este análisis longitudinal, se muestra no sólo la variación de la frecuencia de las respuestas en el tiempo, sino que además los cambios de opiniones de los respondentes entre olas. Estos cambios son representados con gráficos fluviales o aluviales. Recordamos que usamos las olas disponibles para cada dimensión de cohesión social construida en base a los indicadores detallados en el capítulo anterior.

El análisis presentado a continuación es de tipo descriptivo y de resumen, antes de pasar a la tercera parte del informe, que aborda los habilitadores e inhibidores de la cohesión social de manera más explicativa. Aquí no ahondamos en determinantes de la cohesión social, sino que presentamos información resumida en el tiempo para cerrar la primera parte del informe.

Adelantamos que, en términos generales, existe poca variación en los indicadores descritos a continuación en términos del tamaño de las categorías, pero pondremos el foco en quienes cambian de opinión de una ola a otra, que es uno de los aportes centrales del análisis longitudinal. La finalidad de esta sección es mostrar la evolución general en los últimos cinco años de las dimensiones constitutivas del sentido de pertenencia en Chile.

También señalamos que estos gráficos resumen una gran cantidad de información, descrita en las secciones anteriores y la presenta gráficamente en una dimensión de tiempo, por lo que su meta es mostrar tendencias generales. Este tipo de gráfico es de uso reciente en Chile (COES, 2020).


Recuadro metodológico: ¿Cómo leer un gráfico fluvial?

Este tipo de diagrama muestra el cambio en el tiempo mediante flujos, usando una metáfora visual. Se trata de una representación esquemática y dinámica inspirada en el diagrama de Sankey, usado para dar cuenta de flujos energéticos. Su nombre proviene de los flujos - o clusters para fines de la lectura - que genera el agua y los diferentes arroyos contiguos que se forman de una misma fuente. Cada año funciona como un histograma apilado, donde la altura de cada barra indica el tamaño del cluster. Con la sucesión de los años, se observan los cambios en la composición de los clusters mediante los flujos. La amplitud de los flujos muestra el tamaño de los grupos de personas que cambian de opinión de un año a otro. Permiten a la vez ver la evolución de las categorías, así como los cambios y transiciones entre categorías y años. Los colores permiten visualizar las principales transiciones entre categorías (Rosvall y Bergstrom, 2010). Como no hay personas que salen de la muestra entre las cinco mediciones, no existen pérdidas en este gráfico.


2.1 Relaciones sociales de igualdad

2.1.1 Confianza interpersonal (grado de confianza entre personas)

Los ítems que componen este indicador son dos:

  • Se puede confiar en la mayoría de las personas

  • La mayoría de las personas tratan de ayudar a las demás

Figura 2.1: Cambios en la subdimensión confianza interpersonal.

Cambios en la subdimensión confianza interpersonal.

En general, en la Figura 2.1 se observa una importante desconfianza hacia los demás en todas las olas, tal como era de esperarse en Chile, variando muy levemente entre un 66.6% (2016) a un 72.2% (2020). Las personas confiadas son absolutamente minoritarias, manteniéndose cerca de un 5% en la primera y la última ola, con un leve aumento en las olas intermedias. Esta respuesta cambia poco en todo caso, manteniéndose alrededor de la cuarta parte de las respuestas para todas las olas, sin mayores variaciones.

En cuanto a las variaciones entre olas y entre respondentes, se observan algunos cambios de respuesta, aunque la mayor parte de quienes contestaron no mantiene su opinión a lo largo del período (alrededor del 50% de los respondentes de la totalidad de la muestra). Los principales cambios son hacia la categoría “depende”. Casi nadie cambia completamente de opinión en cuanto a confianza hacia las otras personas, salvo entre las olas 2016 y 2017, cuando el flujo es un poco más importante que en otros años. En cambio, respecto de las personas que señalan que “depende”, en todos los años, se mantiene una mitad en la misma opción, mientras un grupo importante se cambia al grupo que expresa desconfianza hacia los demás en todos los años.

El estallido no alteró sustancialmente la percepción para el conjunto de la muestra en este elemento central de la cohesión social. La alta desconfianza interpersonal en Chile es una dimensión central de la cohesión social y no parece alterarse en el corto plazo, como se indica en este gráfico.

2.1.2 Reconocimiento y respeto de la diversidad

Los ítems que componen este indicador son:

  • Grado de confianza con personas homosexuales

  • Grado de confianza con personas mapuche

  • Grado de confianza con personas inmigrantes

Figura 2.2: Cambios en la subdimensión reconocimiento y respeto de la diversidad.

Cambios en la subdimensión reconocimiento y respeto de la diversidad.

Contamos solo con dos olas ya que estos ítems no se incluyen en la ola 2020 de ELSOC, por lo que es poco interpretable en términos longitudinales. De todas formas se realiza el ejercicio de análisis.

En general, en la Figura 2.2 las respuestas son muy estables en frecuencia entre las dos olas para el reconocimiento y el respeto de la diversidad. La categoría más numerosa es la intermedia, es decir “algo”, del 38% de las respuestas, es decir con un grado moderado de confianza hacia personas que la sociedad asume como diferentes. Si sumamos “nada” y “poca” confianza hacia personas diversas se suma alrededor del 33% de las respuestas en ambas olas, mientras al añadir las respuestas “bastante” y “mucha”, la frecuencia es un poco mayor a las respuestas desconfiadas hacia la diversidad, alrededor del 27%. Observamos por lo tanto casi tres tercios equilibrados y constantes al agrupar las respuestas.

En cuanto a las variaciones entre olas y entre respondentes, en general las opiniones se mantienen de forma mayoritaria, salvo para la categoría “nada’’, que tiende a repartirse entre todas las demás categorías, salvo la máxima (“mucha”). El grupo más estable entre las dos olas corresponde a las personas que expresan “algo” de confianza hacia las personas diversas. Las personas que expresan confianza y respeto hacia la diversidad en la ola 2016 (con las categorías “bastante” o “mucha”) pueden cambiarse a la categoría inferior, pero no al otro extremo.

2.1.3 Lazos (cantidad de personas que se conocen con diferentes ocupaciones)

A diferencia de las demás subdimensiones, esta se compone por un solo item: “Cantidad de personas que se conocen con diferentes ocupaciones”

Figura 2.3: Cambios en la subdimensión Lazos.

Cambios en la subdimensión Lazos.

En general, en la Figura 2.3 se observa una importante estabilidad entre los años 2016 y 2020 respecto al número de personas que los respondentes declaran conocer con diferentes ocupaciones, aunque existen variaciones no menores para el año 2018, que no son fáciles de interpretar. Las categorías de más contactos (de 6 a 10 y más de 10) concentran una mayoría de respuestas para los años 2016 y 2020 (alrededor del 62%). Las categorías con menos contactos con diferentes ocupaciones (1 a 2 y 3 a 5) alcanzan un 31% para los años 2016 y 2020, mientras la categoría con menos frecuencia corresponde a las personas que no declaran contactos en diferentes ocupaciones en ninguna de las tres olas (menos del 5%).

En cuanto a las variaciones entre olas y entre respondentes, las frecuencias varían significativamente de una ola a otra, salvo para las categorías con mayores contactos en diferentes ocupaciones, que mayoritariamente se mantienen (de 6 a 10 y más de 10). Los cambios más importantes, dentro de la minoría que cambia de respuesta, se da hacia categorías colindantes, sin cambios entre categorías extremas.

En resumen, el número de personas que los respondentes declaran conocer con diferentes ocupaciones es un indicador relativamente estable de cohesión social para el período completo, pero con importantes cambios de respuesta entre las mismas personas de una ola a otra.

2.2 Sentido de pertenencia

2.2.1 Identificación con el país

Los ítems que componen este indicador son:

  • Me siento orgulloso de ser chileno

  • Me identifico con Chile

Figura 2.4: Cambios en la subdimensión identificacion con el pais.

Cambios en la subdimensión identificacion con el pais.

En general, en cuanto a la identificación con Chile o el orgullo de ser chileno presentes en la Figura 2.4, para las cinco olas, la cantidad de personas que no se identifican con Chile es mínima (correspondiente a las categorías “totalmente en desacuerdo” y “en desacuerdo”). La categoría intermedia (“ni en desacuerdo ni de acuerdo”) no varía tampoco entre olas y es muy baja (entre el 5% y el 8%). Las respuestas “de acuerdo” y “muy de acuerdo”, que indican una identificación fuerte o muy fuerte con Chile, recogen una cantidad abrumadora de respuestas, sumando más del 90% de las opciones en todas las olas. Esto indica una identificación elevada y constante, aunque existen variaciones entre la categoría “muy de acuerdo”, que indica una identificación muy fuerte y la categoría “de acuerdo” entre las distintas olas. Llama la atención la disminución de la categoría “totalmente de acuerdo” en las tres últimas olas, pasando de un 52% a un 36.6%, una de las variaciones más notables en los gráficos analizados en este capítulo, incluida una caída fuerte en 2019-2020.

En cuanto a las variaciones entre olas y entre respondentes, se da sobre todo entre las categorías de mayor identificación con Chile, en proporciones que pasan del tercio a la mitad de los respondentes. La categoría más estable en el tiempo es “ni de acuerdo ni en desacuerdo”. Existe un leve flujo entre la categoría “ni en desacuerdo ni de acuerdo” y “en desacuerdo”, pero es bastante menor, aunque un poco más elevado entre el 2018 y el 2019, flujo que se revierte al año siguiente.

Nuevamente estamos frente a categorías con poca varianza y la identificación con Chile es estable en el tiempo si se miran solo 3 categorías, pero con una interesante baja de la identificación más fuerte en las tres últimas olas hasta un menos comprometido “de acuerdo”.

En resumen, el estallido del 2019 no alteró sustancialmente la percepción para el conjunto de la muestra en términos binarios (respecto de si las personas se identifican o no con Chile) pero sí es notoria la pérdida de 15 puntos de la categoría de identificación más fuerte hacia una identificación menos intensa en los tres últimos años, particularmente entre las dos últimas olas.

2.2.2 Percepción de justicia

Los ítems que componen este indicador son:

  • En Chile las personas son recompensadas por sus esfuerzos

  • En Chile las personas son recompensadas por su inteligencia

Figura 2.5: Cambios en la subdimensión percepción de justicia.

Cambios en la subdimensión percepción de justicia.

En general, respecto de si la inteligencia y el esfuerzo son recompensados en Chile, datos que se observa en la Figura 2.5, existen pocas variaciones entre olas. La más abultada es “En desacuerdo”, con una frecuencia promedio del 41%, seguida por “Ni de acuerdo ni en desacuerdo (alrededor del 30%) y finalmente viene la opción “De acuerdo” con alrededor del 28% de las preferencias en promedio. Esto indica que en general los respondentes consideran más bien que no se recompensa la inteligencia ni el esfuerzo en Chile. Sin embargo, cabe notar que entre 2016 y 2018, la cantidad de personas que están en desacuerdo con la idea de que en Chile se recompensan los esfuerzos y la inteligencia baja de casi 12 puntos, lo que es una evolución notoria. Este juicio vuelve a tener más importancia en las olas 2019 y 2020, llegando a un nivel estable en ambos años del 42%. Este cambio se nota también en la categoría “De acuerdo”, que fluctúa como espejo respecto de “En desacuerdo”. Aunque recoge menos opciones que la categoría con el juicio negativo, aumenta en 6 puntos entre 2016 y 2019 antes de volver a bajar, con una pérdida importante de 12 puntos entre 2018 y 2020, lo que se podría corresponder con percepciones ampliamente vehiculizadas por el estallido social de 2019.

En cuanto a las variaciones entre olas y entre respondentes, la mitad de los respondentes mantiene su opción entre olas, salvo para la opción “Ni de acuerdo ni en desacuerdo”. No son entonces categorías particularmente estables en el tiempo. Si bien las variaciones más importantes se dan entre categorías colindantes, existen flujos no menores entre categorías extremas que indican que alrededor del 5 a 8% de los respondentes puede haber sufrido un cambio importante en su percepción.

En resumen, el estallido del 2019 no alteró sustancialmente la percepción para el conjunto de la muestra, lo que llama la atención, porque pudo ser una variable más determinada por el contexto y en especial por la mayor evidencia de la desigualdad y la injusticia en Chile que la anterior por ejemplo (identificación con el país). Sin embargo, se observa una importante volatilidad de un año a otros, por lo que este indicador es uno de los menos estables en el tiempo en relación con los demás indicadores presentados en este informe.

2.2.3 Confianza institucional

Los ítems que componen este indicador son:

  • Confianza en el gobierno

  • Confianza en el presidente/a de la república

  • Confianza en los partidos políticos

Figura 2.6: Cambios en la subdimensión confianza institucional.

Cambios en la subdimensión confianza institucional.

En general, al igual que para el ítem de confianza entre personas, en la Figura 2.6 se observa que el ítem de confianza institucional es muy reducido en Chile entre los respondentes, quienes mayoritariamente confían “Nada o poco” en las instituciones del país, en este caso el gobierno, el presidente o los partidos políticos. Era de esperarse, pero corresponde a una de las mayores brechas en la cohesión, con un aumento notorio en el 2019 (pasando de 70% a un 91%), antes de bajar nuevamente en 2020, pero de forma muy leve. El salto entre 2018 y 2019 es uno de los mayores observados en este capítulo, correspondiente al aumento del malestar de los ciudadanos frente a la ausencia de respuestas a sus demandas. Finalmente, la categoría “Bastante o mucha” confianza se mantiene muy baja en todas las olas, llegando a un máximo del 6% en 2018, antes de bajar casi a cero en 2020.

En cuanto a las variaciones entre olas y entre respondentes, las personas desconfiadas mantienen masivamente su preferencia de un año a otro. Otro elemento de preocupación es que entre las personas que tenían “Algo de confianza” al inicio de la medición muestran en general una opinión poco estable de una ola a otra, con una fuga cada vez más importante hasta el 2018 hacia la categoría “Nada o poca confianza”. Como era de esperarse, los cambios son nuevamente hacia categorías contiguas, con mínimos traspasos entre extremos.

En resumen, la confianza hacia las instituciones se ha degradado, lo que era esperable, pero a niveles críticos hasta la ola 2020.

2.3 Orientación hacia el bien común

2.3.1 Solidaridad

Los ítems que componen este indicador son:

  • Ha donado dinero a una obra social o de caridad

  • Ha prestado una suma de dinero de $10.000.- o más

  • Ha conversado con una persona en problemas o deprimida

  • Ha ayudado a alguien a conseguir trabajo

Figura 2.7: Cambios en la subdimensión solidaridad.

Cambios en la subdimensión solidaridad.

En general, en el indicador que se observa en la Figura 2.7 y que busca dar cuenta de la prosocialidad (visitas, donaciones, ayuda hacia otros) entre los respondentes, menos de un cuarto contesta que nunca ha tenido actividades prosociales, lo que se mantiene entre olas. Las categorías que indican una prosocialidad media (“lo hizo una o dos veces”) o alta (“lo hizo más de dos veces”) son casi equivalentes en las cinco olas. Solo presentan una pequeña variación hacia la baja en su tamaño general a lo largo del período. El estallido no significa un aumento para la ola 2020, aunque en mediano plazo, en 2016-2020, viene cayendo el porcentaje que fue solidario dos o más veces, lo que muestra una menor intensidad en los apoyos.

En cuanto a las variaciones entre olas y entre respondentes, la mayoría de los respondentes contesta lo mismo de una ola a otra, con flujos muy menores entre las dos categorías extremas. Los movimientos más importantes son hacia las categorías contiguas y estos flujos se mantienen muy estables a lo largo del período.

2.3.2 Participación cívica

Los ítems que componen este indicador son:

  • Firmado una carta o petición apoyando una causa

  • Asistido a una marcha o manifestación pacífica

  • Participado en una huelga

  • Usado las redes sociales para expresar su opinión en temas públicos

Figura 2.8: Cambios en la subdimensión participacion civica.

Cambios en la subdimensión participacion civica.

En general, en la Figura 2.8 se observa que en cuanto a la participación cívica (asistir a marchas, participar en huelgas, expresar opiniones por redes sociales y firmar una carta o petición), la mayoría de los respondentes nunca lo ha hecho, con un aumento constante de alrededor de un 55% a un 60% entre el 2017 y el 2018, antes de bajar nuevamente a su nivel inicial en 2019. Al no contar con los datos 2020, no podemos indicar si el estallido significó un cambio en esta nula participación cívica, como se podría esperar. La categoría “casi nunca” es la segunda de mayor importancia a lo largo del período con entre una cuarta y una tercera parte de las respuestas. Las opciones de participación cívica “frecuente” o “muy frecuente” son muy bajas, particularmente la última.

En cuanto a las variaciones entre olas y entre respondentes, la respuesta “nunca” es muy estable y presenta pocos cambios, siendo estos hacia la categoría contigua de “caso nunca”. Este flujo aumenta levemente entre 2018 y 2019. Respecto de la categoría “casi nunca”, los principales flujos son para la misma categoría al año siguiente, es decir que las personas mantienen su opinión o hacia la categoría contigua “casi nunca”.

En resumen, fuera del aumento al doble en el período 2018-2019 de las categorías “a veces” y “frecuentemente”, que siguen siendo minoritarias, la participación cívica es muy baja y no varía particularmente entre olas.

2.4 Vínculos territoriales

Los items que componen este indicador son:

  • Este barrio es ideal para mi

  • Me siento integrado/a en este barrio

  • Me identifico con la gente de este barrio

  • Este barrio es parte de mi

Figura 2.9: Cambios en la subdimensión vínculos territoriales.

Cambios en la subdimensión vínculos territoriales.

En general, en la Figura 2.9 los respondentes suman una abrumadora mayoría entre “de acuerdo” respecto de su identificación con el barrio en que vive, opción que recoge casi el 60% de las preferencias en todas las olas y “totalmente de acuerdo”, con alrededor del 18% en todas las olas, salvo en el 2016, cuando puntúa sólo un 11.2%. Se trata de uno de los indicadores más positivos de cohesión social que analizamos en este capítulo. Una cantidad mínima de personas no se identifica con su barrio a lo largo de las cuatro olas. No contamos con los datos 2020, por lo que no se puede ver si el estallido tuvo un impacto sobre la identificación con el barrio aunque es esperable que no varíe particularmente.

En cuanto a las variaciones entre olas y entre respondentes, la categoría principal (“de acuerdo”), es decir de mayor identificación con el barrio, no conoce mayores flujos de un año a otro y es muy estable. Las demás categorías son más inestables e indican un mayor cambio de percepción entre olas, nuevamente hacia las categorías contiguas.

En resumen, también se trata de un indicador muy positivo de cohesión social, además de muy estable en el tiempo, aunque no se cuente con datos del 2020.

2.5 Conclusión

En primer lugar, respecto de las frecuencias, se observa poca variación en las expresiones constitutivas de la cohesión social, desglosadas aquí en cuatro dimensiones principales (relaciones sociales de igualdad, sentido de pertenencia, orientación hacia el bien común, vínculos territoriales).

En cuanto a las frecuencias de los indicadores particularmente bajos, como era de esperarse, la desconfianza entre personas y hacia las instituciones es muy alta en Chile y varía muy poco en el período descrito, al igual que el número de contactos con diferentes ocupaciones y la percepción de justicia. Lo mismo ocurre con la prosocialidad. En especial, las personas confiadas o que piensan que en Chile se recompensa el esfuerzo representan un grupo muy limitado y esto constituye un inhibidor potente, aunque estable de la cohesión social y que no ha sido afectado por el estallido. Un factor alarmante es que, siendo baja la confianza hacia instituciones en Chile, logra aumentar la cantidad de personas que desconfían de ellas. Se entiende retrospectivamente por el contexto pre estallido, pero se trata de uno de los elementos de mayor preocupación para el caso de Chile, pues la degradación de este indicador ha llegado a niveles críticos.

Otro elemento interesante es la participación cívica. Esta se mantiene constante en un nivel bajo, pero entre 2018 y 2019 cae considerablemente el porcentaje que “nunca” se moviliza de 62 a 47%. Asimismo, aumenta el porcentaje de quienes “casi nunca” se movilizan e incluso el porcentaje de quienes “a veces” se movilizan aumenta al doble.

Respecto de los indicadores medios, destaca el reconocimiento y respeto por la diversidad.

En cuanto a los indicadores altos, es notoria la alta identificación con Chile o el orgullo de ser chileno, pero se observa en esta dimensión una de las variaciones más notables en los gráficos analizados en este capítulo, en especial con una caída fuerte en 2019-2020 de la categoría de mayor identificación en las tres últimas olas, con una pérdida de 15 puntos. También destaca la alta identificación de los respondentes con el barrio en que viven, siendo uno de los indicadores más positivos de cohesión social, además de muy estable en el tiempo.

En segundo lugar, respecto de las variaciones, algunas casi no presentan alteraciones, como por ejemplo la confianza entre personas, hacia las instituciones o el reconocimiento y respeto por la diversidad. Lo mismo ocurre con la prosocialidad y los vínculos barriales.

En un punto intermedio, se encuentra la identificación con Chile, con variaciones entre respondentes sobre todo entre las categorías de mayor identificación con el país.

En cambio, el número de contactos con diferentes ocupaciones, las frecuencias varían significativamente de una ola a otra, lo que muestra una mayor volatilidad en el tipo de contactos de las personas. Ocurre lo mismo con la percepción de justicia, donde existen importantes cambios en las respuestas entre olas, siendo este indicador uno de los menos estables en el tiempo.

Se puede hipotetizar que, en un lapso pequeño de tiempo (nuestra cobertura temporal es de solo cinco años), la cohesión social cambia poco, pues de lo contrario no sostendría la sociedad, ni en tiempos de estallido social, pero algunos indicadores muestran la fragilidad de algunos de sus pilares, particularmente en la dimensión institucional. Ahora, luego de este análisis longitudinal de las principales dimensiones de la cohesión social, en la parte siguiente, se ofrecerá una visión sintética de la cohesión social a partir de las similitudes entre individuos y territorios. Nos centramos para ello en los diversos niveles de inclusión e integración de agrupaciones sociales en la sociedad chilena.

Bibliografía

COES (2020), «Radiografía Del Cambio Social: Análisis de Resultados Longitudinales ELSOC 2016-2019.»

Rosvall, M. & Bergstrom, C. T. (2010), «Mapping Change in Large Networks», PLoS ONE, vol. 5, No. 1, ed. Fabio Rapallo, enero.